lunes, 24 de febrero de 2014

Sociedad romana.

Grupos sociales
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La población de Roma se estructuraba según la riqueza y los derechos legales. Había hombres libres (ciudadanos, libertos y clientes) y esclavos. Patricios y plebeyos formaban el grupo de ciudadanos aunque con diferentes derechos.
Los patricios eran los descendientes de los fundadores de Roma y se agrupaban en gentes, familias con un antepasado común.  Formaban una clase privilegiada, gracias a la posesión de grandes latifundios, y política, ya que eran los únicos ciudadanos con derechos políticos.
Los plebeyos eran ciudadanos que se establecieron en Roma tras su fundación y únicamente poseían derechos civiles. Vivían de la artesanía y el comercio o pequeñas propiedades rurales
Había también un pequeño número de clientes, libertos y esclavos que realizaban todo tipo de trabajos. Los clientes eran libres pero mantenían alguna relación de dependencia jurídica con el patrono del que recibían protección. Los esclavos pertenecían a un señor o al Estado y carecían de derechos. Habían llegado a esta situación por nacimiento, delitos o como prisioneros de guerra.
Los libertos eran antiguos esclavos que habían conseguido la libertad por compra o por los méritos realizados.
Forma de gobierno
El gobierno de Roma se organizaba a partir de tres instituciones, rey, senado y asambleas (comicios centuriados)
El rey poseía amplios poderes (militar, legislativo, religioso...). Era electivo y con carácter vitalicio.
El Senado, formado por los pater familias de las principales gentes, asesoraba al rey en los principales asuntos.
Los comicios eran las asambleas en las que participaban los patricios. Tenían ciertas competencias legislativas y judiciales, y elegían también al rey a propuesta del Senado.
La República
La creación y desarrollo de un nuevo sistema político de tipo republicano
La expulsión de los etruscos trajo consigo la creación de un nuevo sistema político, una república de tipo oligárquico.
Los patricios reforzaron sus privilegios al sumar a su riqueza el control del poder político. La aristocracia patricia monopolizaba las dos instituciones clave, magistraturas y Senado, ya que las asambleas tenían menos poderes.
Instituciones de la República ( 509 a.C.- 27 a.C.)
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La palabra Senado procede de "senex" ("anciano") ya que era un verdadero "consejo de ancianos".
La República estableció un sistema que evitaba los abusos de poder al separar las funciones ejecutivas y legislativas, y al ser los cargos colegiados, electivos y temporales.
A pesar de ello, era un modelo claramente oligárquico, ya que el acceso a las principales instituciones estaba reservado a  los patricios.
La exclusión de los plebeyos provocó una sucesión de conflictos sociales  que terminaron con una igualación de los derechos políticos entre patricios y plebeyos en el s. III a.C.
Las instituciones que regían la vida romana eran las magistraturas ordinarias  y magistraturas extraordinarias, el Senado  y las Asambleas.
Los cargos del período republicano tienen tres características siempre; son electivos, colegiados y temporales. La carrera política se hacía siguiendo un escalafón, el denominado cursus honorum.
Se comenzaba en las magistraturas menos importantes. Si se demostraba capacidad, y se contaba con apoyos económicos y políticos se obtenían por elección magistraturas de mayor rango. De esta forma el sistema romano garantizaba la competencia y honestidad de los cargos de mayor responsabilidad.
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Enfrentamientos entre patricios y plebeyos
Durante la República los plebeyos formaron un grupo cada vez más numeroso y próspero que reclamó la igualdad de derechos frente a los patricios.
Los conflictos se sucedieron, pero la amenaza de abandonar Roma y fundar una nueva ciudad, junto con la necesidad de apoyos financieros y militares en su política de expansión por Italia, obligó a los patricios al reconocimiento progresivo de los derechos de los plebeyos:
• Creación de los tribunos de la plebe (concilium plebis), nueva magistratura encargada de defender los derechos de los plebeyos.
• Creación de un Código de leyes escrito, la Ley de las Doce Tablas (Leges Duodecim tabularum) que impedía la manipulación de la ley por parte de los patricios.
• Autorización de los matrimonios mixtos entre patricios y plebeyos.
• Acceso al Senado y a todas las magistraturas incluso al título de Pontifex Maximus.
En el siglo III a.C. los plebeyos habían conseguido la igualdad de derechos y patricios y plebeyos constituían el populus romanus. Desde entonces las únicas diferencias entre los ciudadanos fueron de riqueza o prestigio

Ética romana.

En sentido general y no estrictamente retórico, un tópos podría definirse como un conglomerado de diversos motivos convergentes que forman una estructura significativa más o menos estable . Para que un tópico se configure como tal será preciso, además, que dicha estructura significativa sea asumida por una sociedad como representación de los valores incontrovertibles -y por ello idiosincráticos- que la caracterizan como civilización . Esta definición no es contradictoria con el concepto aristotélico del tópico como línea de argumentación y recipiente donde se aglutina el caudal epistemológico que luego usarán los oradores , cual hilo de Ariadna, en los variados ámbitos de la materia tratada en sus discursos . Muy al contrario, será partiendo de la acepción aristotélica y a medida que la retórica se fue transformando en ciencia literaria, como los tópicos devinieron lo que Curtius denomina un almacén de provisiones en el que un autor podía encontrar las ideas más generales  pertinentes a cualquier tipo de discurso o escrito. Desde ambos sentidos -el aristotélico y el más general- el tópico es una manera de desvelar o descubrir o lo que es lo mismo, un corpus ideológico que permite trabar la coherencia de un determinado discurso . Los tópicos serán las sedes -lugares- de las opiniones aceptadas por una cultura, de ahí la doble función que juegan: de receptáculo de materiales, en la perspectiva de la creación, y de cifra hermenéutica, en la de la comprensión e interpretación .
No obstante, el tópico no es sólo un utensilio lógico o retórico, ni siquiera artístico-literario, sino que, en su vertiente de código de arquetipos -o fórmula, por usar un término con tradición- de una cultura y organizador discursivo y comunicativo , es sustento del universo ideológico de una sociedad, permitiendo explicar su visión de la realidad y desentrañar su conjunto de valores. Hará posible también que los individuos se sientan integrados culturalmente en la medida en que compartan esas experiencias definidoras de su civilización. El tópico, en definitiva, esquematiza el sistema de coordenadas ideológicas de una sociedad y decanta las opiniones individuales universalizándolas y creando el referente conceptual que amalgama una comunidad cultural. El tópico así visto es el patrón sobre el que se elabora el entramado de contenidos discursivos que sostiene no sólo la idiosincrasia de una cultura sino la propia cotidianeidad. El tópico facilita la validez comunicativa del conjunto de afirmaciones no probadas, de opiniones que no requieren justificación o de conjeturas no regidas por la lógica que pueblan la vida diaria .
Parece, pues, lícito interpretar la constelación de ideas comúnmente aceptadas por los romanos para contraponer la riqueza y la pobreza desde la perspectiva del tópico, es decir, como conjunto de líneas de argumentación transparentes en su significado y en su uso para todo hablante . Todo romano parecía conocer sus ambivalentes significados culturales de ahí que, rastreando las trazas de estos significados sostenidos por el tópico, que les da cohesión y coherencia, se puedan descifrar algunos de los entresurcos ideológicos -entre ellos los éticos- más característicos de la sociedad romana.

Ejército romano


Los soldados,construían puentes,acueductos y calzadas;levantaban campamentos e incluso cuando se licenciaban recibían tierras o también podían llegar a fundar ciudades que atraían a civiles,campesinos, artesanos y comerciantes.
Allí,por donde pasaban o se establecían los soldados,transmitían la lengua y las costumbres de Roma. El limes era una zona de intensa prosperidad. Para Roma el aspecto más negativo de su ejército romano fue su enorme poder,ya que desde entonces los soldados anteponían la lealtad al general que les pagaba a la del Estado. Algunos militares utilizaron ese poder para intervenir en los asuntos del Estado.



El combate 

Los romanos peleaban siguiendo un orden establecido. Si el enfrentamiento era a campo abierto,en primera línea se colocaba la infantería ligera,detrás un bloque central compuesto por las legiones,éstas estaban flanqueadas por tropas auxiliares y en los extremos se encontraba la caballería.

Las legiones se disponían en tres líneas: la primera compuesta por tropas inexpertas,la segunda por tropas experimentadas y la tercera por los más veteranos y curtidos soldados. Cuando atacaban,lo hacían de forma cerrada,a este nombre se le llamaba tortuga que consistía en colocarse el escudo sobre las cabezas. De esta manera,se protegían de los enemigos que lanzaban (flechas,lanzas,piedras,aceite hirviendo...) e incluso a veces,se subían encima de los escudos de sus compañeros para salvar desniveles.

Cuando el enemigo se replegaba a alguna ciudad o campamento se recurría al asedio con el cual,el ejército contaba con una sofisticada maquinaria militar.
Cuando algún general realizaba alguna hazaña militar en Roma se lo reconocía con numerosos honores entre los cuales,destacaba el triunfo.



Latín vulgar.

Latín vulgar (en latín, sermo vulgaris) es un término genérico, empleado para referirse al conjunto de los dialectos vernáculos del latín vivo, hablados en las provincias del Imperio romano. La extinción como lengua viva del latín se asoció con la creciente diferenciación de estos dialectos, que condujo, hacia el siglo IX, a la formación de las lenguas romances tempranas. Algunos autores proponen distinguir técnicamente entre latín vulgar (o popular) y latín tardío (siglo IV en adelante), aunque lingüísticamente es difícil distinguir entre esas dos acepciones.
Sin embargo conviene aclarar, desde el punto de vista de la lingüística moderna, que el latín vulgar como tal es una expresión basada en una hipótesis antigua y equivocada, que suponía la existencia de dos lenguas paralelas: un latín "culto" y uno "vulgar"; pero, verdaderamente, el latín vulgar era el latín mismo, un idioma vivo y en constante evolución, mientras que el latín clásico sólo se mantenía en la literatura y administración como el lenguaje escrito culto, para facilitar la comunicación entre las provincias romanas.1
La variante de latín hablado difiere notablemente del estilo literario del latín clásico en su pronunciación, vocabulario y gramática. Algunos rasgos del latín vulgar no aparecieron hasta la época tardía del Imperio romano, aunque parece que muchos de sus rasgos son sorprendentemente tempranos. Otros, pueden incluso haber estado presentes mucho antes, al menos bajo la forma de latínacriollado. La mayor parte de las definiciones de "latín vulgar" suponen que es una lengua hablada antes que escrita, porque ciertas evidencias sugieren que el latín se dialectalizó o criollizó durante este período, y porque no hay pruebas de que alguien transcribiera el habla cotidiana de ninguno de sus hablantes. El estudio del latín vulgar requiere el análisis de evidencias indirectas, ya que originalmente nadie usaba intencionalmente las formas de latín vulgar cuando escribía.
Lo que hoy se sabe del latín vulgar procede de tres fuentes. La primera es el método comparativo que puede reconstruir numerosos rasgos de las lenguas romances atestiguadas, y hacer notar aquello en lo que difieren del latín clásico. La segunda fuente son varios textos de gramáticas prescriptivas del latín tardío que condenaban los errores lingüísticos que los hablantes de latín solían cometer, denuncias que ayudan a describir cómo se usaba la lengua. Finalmente, los "solecismos"y usos que se apartan del latín clásico encontrados a veces en textos de latín tardío también dan luz al habla de quien los escribió.

Anécdota Latina

En estos tiempos que corren, la enseñanza de las lenguas clásicas, están completamente abandonadas, arrinconadas e incluso vilipendiadas, y eso en un país como España donde la cultura clásica es total en todo nuestro aspecto lingüístico, artístico y naturalmente cultural.

Para intentar demostrar la importancia del estudio de las lenguas clásicas y muy en particular del latín, que para los muy ignorantes es la lengua que se hablaba en la antigua Roma, contaremos la siguiente anécdota.

Cuentan las crónicas parlamentarias, en las antiguas Cortes franquistas, que a finales de los años cincuenta o principios de los sesenta del pasado siglo XX, don José Solis Ruiz entonces Ministro Secretario General del Movimiento, defendía un proyecto de ley para aumentar el número de horas dedicadas al deporte en los colegios en detrimento del estudio de las lenguas clásicas (del latín concretamente).

En medio del discurso se preguntó:
"¿porque en definitiva para que sirve hoy el latín?"
Don Adolfo Muñoz Alonso, natural de Valladolid, profesor de la Universidad Complutense y amante de la cultura, no pudo contenerse y desde su escaño increpó al sr.Solis

"Por de pronto, señor ministro, para que a Su Señoría, que ha nacido en Cabra, le llamen egabrense y no otra cosa." (entiéndase cabrón).

Hay que decir para comprender la totalidad de la anécdota que a los naturales de Cabra, pueblo de la provincia de Córdoba, se les llama egabrenses, por ser esta villa la antigua Egabro romana, y a la que los musulmanes llamaron Qabra, por ser este nombre el producto de la adaptación del nombre Egabro a la lengua árabe.

Como no recordar que cientos, millares de gentilicios que se usan en España provienen de voces latinas, la ignorancia de las lenguas clásicas es entrar en un olvido de nuestro propio pasado, puede ser que seamos lo que somos y no sepamos porque, salvo porque sea fruto de nuestra ignorancia. 

Latín eclesiástico.

La denominación latín eclesiástico refiere al idioma latín tal como es usado en los documentos de la Iglesia Católica y en la liturgia latina. Aunque su pronunciación difiere ligeramente del latín clásico, no es un lenguaje distinto o un dialecto. La pronunciación del latín eclesial ha sido muy común, tras la caída del Imperio romano en el s. iv para las palabras del latín clásico, en tales casos lo más frecuente ha sido la permutación del fonema correspondiente al grafema c que en latín clásico suele tener el valor fonético de [k] y en el latín eclesial el de [ʧ] –ch española–, y el valor de la letra v que muchas veces en latín clásico corresponde al fonema u (i.e. : veritas en latín clásico suena "uéritas", mientras que frecuentemente en latín eclesial se pronuncia con v). Y las terminaciones ae, por ejemplo "nostrae" se pronunciaría en latín clásico tal y como se escribe, mientras que en latín eclesiástico se pronuncia solo la "e", nostr|e|.

miércoles, 12 de febrero de 2014

6. LA ORATORIA Y LA RETÓRICA: CICERÓN Y QUINTILIANO

 6. LA ORATORIA Y LA RETÓRICA: CICERÓN Y QUINTILIANO


         Se definía la oratoria como el arte de la persuasión por medio de la palabra y la retórica es la enseñanza de la oratoria. En el sistema político republicano, donde había libertad suficiente de palabra y el sistema judicial tenía cierta dependencia, este género literario constituyó una de las manifestaciones más originales y fecundas del genio romano. Tenía una doble aplicación:

-         El dominio de los resortes de la oratoria era el medio más eficaz para imponer la propia voluntad sobre la masa que no sabía leer ni escribir. El buen orador tenía una poderosa arma política, que a través de ella podía obtener votos e inclinar a su favor la voluntad del Senado.
-         La oratoria era imprescindible en las causas judiciales.

Cuando en la época imperial dejó de existir la libertad política y la independencia judicial, la oratoria se convirtió en una actividad  que sólo se ejercitaba en las escuelas.
         La oratoria llegó a ser uno de los géneros más evolucionados sobre todo a partir del influjo de  Grecia (s.II a. C.). Las técnicas de la oratoria se enseñaban en las escuelas por los rétores. Las principales escuelas estaban en Grecia (Atenas y Rodas) a donde acudían los jóvenes adinerados de la sociedad romana. Desde el punto de vista literario existían tres escuelas o tendencias:

-Escuela aticista: defendía la sobriedad y concisión en el discurso a la manera de Lisias. La lengua la consideraban como un sistema acabado e inmutable.
-Escuela asianista: era partidaria de la abundancia, amplitud, fogosidad y estilo florido. Hortensio era el principal representante en Roma. Para ellos la lengua es un sistema abierto, vivo, que inorpora nuevos elementos.
-Escuela rodia: manteniendo la amplitud, abundancia y brillantez de discurso, esta escuela busca el equilibrio y el gusto. El principal representante en Grecia es Molón de Rodas y en Roma, su discípulo Cicerón.





         Marco Tulio Cicerón

         Nació en Arpino (Lacio) en el 106 a.C., de una familia de caballeros. Recibió la educación más completa en Roma y Grecia. Como todo homo novas pronunció sus primeros discursos judiciales después de la triunfo de político de Sila, en el año 80, defendiendo a Roscio Amerino, víctima de una maquinación, consiguendo su sentencia absolutoria.
         Tras la muerte de Sila, regresa a Roma y comienza su cursus honorum (carrera política): cuestor en Sicilia en el 76, edil en el 69, pretor en el 67 y cónsul en el 63. Durante su consulado tuvo que reprimir la conjuración de Catalina que amenazó la seguridad del Estado. Pronuncia cuatro discursos en el senado que desenmascaran la trama y aislan a Catalina. Sin embargo el cónsul Cicerón, defensor de legalidad, manda ejecutar a unos condenados de foma ileal, no concediéndoles el derecho de apelación contra la sentencia. En el año 58 su enemigo político Clodio, tribuno de la plebe, hace aprobar una ley por la que se condena al destierro a aquel que haya ajusticiado a un ciudadano sin un juicio popular. La ley va directamente a Cicerón que se exilia y sus bienes son confiscados. En el año 52 vuelve  a Roma ayudado por Milón, al que defiende por la muerte de Clodio. En el 51 fue nombrado procónsul en Cilicia. Se agudiza la rivalidad entre César y Pompeyo. Cicerón toma parte de Pompeyo que representa la aristocracia y el Senado. Derrotado Pompeyo, Cicerón se retira de la vida política, después de haber sido perdonado por César. En su retiro se dedica a las letras y a la filosofía. Después del asesinato de César en el 44, vuelve a la política y toma partido por Octavio, pronunciando contra Marco Antonio 14 discursos, la Filípicas. Con ello Cicerón firmó su sentencia de muerte, pues fue asesinado por los sicarios de marco Antonio en el 43.
         Cicerón es la personificación viva de la República romana en su última andadura histórica; como la República, sufrió los avatares de este agitado período; como la República, murió eliminado por un general. A la muerte de este orador murió la oratoria.

         Discursos:
         Cicerón es el principal representante de la Oratoria en Roma. Lleva la prosa clásica latina a la máxima perfección. Por encima de su vocación política y profesional y de su apasionamiento por la filosofía, hay en su extensa obra una total entrega al arte del bien hablar.
Resulta difícil diferenciar entre discursos políticos y forenses en la oratoria ciceroniana ya que en Roma quien quería seguir la carrera política debía primero ganarse un renombre en el foro y, por otra parte, muchas causas civiles tenían un trasfondo político.
         Cicerón trata de codificar las partes de un discurso de la manera siguiente:
         -exordium : entrada en el discurso en la que se trata de captar la atención del auditorio con la exposición de motivos.
         -narratio: exposición clara y breve de los hechos.
         -confirmatio: argumentación
         -refutatio: en la que se rechazan os argumentos del adversario
         -peroratio: parte final del discurso de tono emotivo donde el orador trata de inclinar a su favor la voluntad del auditorio y de los jueces.
         Para Cicerón el orador debe poseer conocimientos y recursos técnicos. Describe las fases de elaboración de un discurso:
         -inventio: recogida de materiales, hechos a favor o en contra.
         -dispositio: estructura del discurso de acuerdo don un plan.
         -memoria: recuerdo de los elementos en el momento preciso.
         -elocutio: exposición del argumento.
         -actio: forma extensa, acción, entonación, gesticulación, etc.

         La actividad de Cicerón como orador político y jurídico se desarrolla a lo largo de su vida política, es decir, en unagitado y convulsivo periodo de la historia romana.
Como abogado defensor destacan discursos como el Pro Quinctio, Pro Roscio Amerino, Pro Archia poeta, Pro Silla, Pro Murena, Pro Milone, como acusador destacan los discursos contra Verres. Como político sus arengas contra Catalina, las Catilinarias, contra Marco Antonio las Filípicas y el Pro imperio Cneo Pompei

         Tratados de retórica

         Cicerón representa la culminación de la oratoria romana. También compuso diversos tratados de retórica en los que expone sus ideas sobre la formación del orador y el desarrollo del discurso. Los más importantes, compuestos en la última etapa de su vida son los siguientes:
         De oratore: escrito en el año 55 a. C., en forma de diálogo, la acción se sitúa en el año 91 a. C., siendo los principales interlocutores Antonio y Craso, maestros de Cicerón. En él se exponen las cualidades fundamentales del orador.
         Brutus: es intratado escrito con motivo de la muerte de Hortensio (50 a. C.) en forma de diálogo entre M. Junio Bruto, Hortensio y Cicerón. En él traza la historia de la oratoria romana hasta él mismo. Es importante la polémica mantenida por Cicerón contra los aticistas, que propugnan un estilo sobrio, y se oponían a los asianistas, que buscaban la exuberancia del lenguaje. Cicerón en su juventud había sido partidario de la corriente de Hortensio, pero, con el correr de los años, había propugnado un ideal de estilo más sobrio sin excluir los adornos y cierta exuberancia del lenguaje.
         Orator: fue escrita a petición de Brutus, a quien estaba dedicada. Ataca el aticismo de Bruto propugnando un equilibrio entre los distintos estilos oratorios. Describe al perfecto orador y estudia las figuras de dicción y de pensamiento, la armonía de la frase y el ritmo.

         Escritos privados

         Las Cartas (Epistulae) son otros escritos de Cicerón que aportan detalles de su entorno familiar, de sus amistades y de sus preocupaciones. Sus casi mil cartas muestran su lado humano con los defectos y debilidades que se escondían tras el hombre de Estado y filósofo. La espontaneidad y franqueza son sus características más destacadas. Se dividen en cuatro grupos: Cartas Familiares, Cartas a su amigo Ático, Cartas a Bruto y Cartas a su hermano Quinto.

         Valoración

         Durante la Edad Media y el Renacimiento Cicerón fue considerado sin discusión el mejor de los escritores latinos. Posteriormente su figura fue discutida sobre todo por motivos extraliterarios de tipo poítico.
         Como orador aprovecha todos los recursos para conseguir sus propósitos: agradar, conmover y convencer. Sabe ser patético, irónico rayando en el sarcasmo e ingenioso.
         Como político es muy difícil juzgar la actuación de Cicerón en lo político. Perteneció al partido demócrata republicano en un momento histórico y político muy difícil para Roma.

         Marco Fabio Quintiliano

         Ante a situación a que  había llegado la oratoria bajo la dinastía Claudia, alza la figura de orador y retórico M. Fabio Quintiliano, natural de Calagurris. En una obra perdida achacaba la degeneración del género oratorio no a la nueva situación política (con el recorte de la libertades) sino al olvido de los clásicos, especialmente de Cicerón. Se educó en Roma y volvió e Hispania donde permaneció hasta que el emperador Galba lo llamó a la capital. Ejerció la enseñanza y la abogacía, contándose entre sus alumnos Plinio el Joven y el futuro emperador Trajano. Fue protegido de los emperadores Flavios: Vespasiano, al crear la escuela pública de Retórica, lo puso al frente de la cátedra de oratoria latina. Domiciano lo elevó a la dignidad consular y le encargó la educación de sus herederos.
         En los últimos años de su vida recogió sus experiencias de cátedra y de ejercicio de la profesión en los 12 libros De Institutione Oratoria en los que se aborda el problema de la formación del orador. La figura y la obra de Quintiliano deben de contemplarse dentro del marco del renacimiento Flavio. De Institutione Oratoria es una obra importante, no sólo para la retórica, sino para la educación en general. Quintiliano con sus doce libros de su Institutio Oratoria nos ha dejado el tratado de retórica más completo de la Antigüedad. No sólo se preocupa de la técnica oratoria, sino de la formación del orador, proponiendo todo un programa completo de formación. Como Catón, no separa la elocuencia de la moral. Un buen orador tiene que ser un hombre honesto. La corrupción de las costumbres es una de las causas de la decadencia de la oratoria. Su teoría y sus métodos tienen como modelo supremo a Cicerón. Insiste en la idea de la “graduación” de los ejercicios escolares y exige que los temas propuestos estén inspirados en la “realidad”, frente a la común tendencia a debatir temas extraños, mitológicos y absolutamente irreales.
Quintilano es el precursor de las más modernas teorías pedagógicas:
-Abolición de los castigos corporales (tan en boga en las escuelas romanas).
-Cooperación de padres y maestros en la educación del niño.
-Grupos reducidos de alumnos para que el profesor pueda atenderlo indidualmente.
-La educación del niño debe empezar antes de los 7 años.

La oratoria después del advenimiento de los Antoninos

         A partir de los Antoninos (96) la oratoria queda prácticamente reducida al tribunal de los centunviros en lo forense y a los panegíricos imperiales e lo político.

         Los tribunales de los centunviros estaban constituidos por 180 jueces. Entendían en causas sobre propiedad, herencia, parentesco y tutela.
         Los panegíricos son discursos encomiando al emperador. Entre ellos destaca el más antiguo, el Panegírico a Trajano, que pronunció Plinio el Joven ante el Senado el año 100 d. C. en agradecimiento por  haberle concedido la dignidad consular.

Pervivencia

Oratoria y Retórica influyeron sobre la teoría pedagógica que sustenta el humanismo y el Renacimiento sobre todo cuando Tetrarca descubrió La obra de Quintiliano ya que su ideología también era convertir al hombre en un ser cultivado.
El dramaturgo ingles Shakespeare tuvo ante él todas las obras latinas y su composición es en gran medida heredera de la oratoria ciceroniana con largos parlamentos, monólogos y con un estilo retórico muy marcado y cuidado
En cierta forma la esencia didáctica de la oratoria y la retórica se observa también el siglo XVII en la ilustración y en ese afán por convertir al hombre en un ser con seguridad y autonomía que a través de la elocuencia proporcionada por la razón haría al hombre el dueño del universo.
En la actualidad podemos observar la gran importancia de los discursos en el campo político, las campañas electorales en gran medida se basan en persuasiones por parte de los candidatos a sus simpatizantes.

También en los juicios la culpabilidad o inocencia de una persona puede venir determinada por el discurso que haga el abogado defensor y como este con su demagogia capte la atención del jurado.